domingo, 26 de septiembre de 2010

EN MARCHA ( veinte)

Ayer, mientras trasladábamos los palés desarmados a la zona de la construcción del compostador, con la mayor discreción posible, junté a mis compañeros de mesa, y les conté que pensaba fugarme y que necesitaba su colaboración.

 Como si les hubiese caído un chorro de agua encima  se quedaron tan sorprendidos, que enmudecieron de momento, menos Marcelo que dijo algo así como: ¡la madre del cordero!, a lo que le respondí que era la oveja, pero no entendí que tenía eso que ver con el tema que estábamos tratando.




El plan: hacer un túnel desde el almacén de material, hasta los desagües generales.















El almacén de material es una nave llena de trastos viejos, y la mayoría en desuso.


Es una nave grande, con iluminación artificial, suelo de tierra, poco visitada y la puerta no  tiene cierre, además es una zona sin vigilancia y que por su ángulo muerto desde el resto de los edificios, nos permite pasar desapercibidos de miradas indiscretas.


Mejor imposible.


Nos desplazamos a la nave para estudiar el terreno.




Con la oreja en el suelo, intentamos localizar el torrente de agua de las tuberías, desplazándonos a ras de tierra por toda la nave, excepto la zona donde había muebles y cajas, pues no nos dejaban avanzar hacia adelante a pesar de los esfuerzos con la cabeza.


Cercano a la pared del fondo, se escucho manar el agua bajo la tierra.

Con una pala, empezamos en silencio a apartar la tierra poco a poco, comprobando que no era muy trabajoso hacer un agujero.

La tierra la sacaríamos con la carretilla y sería mezclada con la de la huerta.

Colocamos un par de cajas grandes y vacías sobre el agujero.
No se notaba nada.

Les pregunté a mis colegas, si alguno se animaba, y  me dijeron que se lo pensarían.
Se quedaron en la huerta  haciendo un agujero para colocar el compostador.


He decidido poner maíz entre la huerta y la valla metálica, para  hacer una barrera ecológica de separación y darle un toque verde.




Me acerco al  trabajo de Sara.

Cada día está más hermosa, más radiante…………más Sara.
Estoy pensando en cambiar mi nombre por el de: Iker.


Le digo que llame al vivero para que  me traigan semillas de maíz y le cuento lo de la línea verde, lo de la huerta, lo de la cometa, y  le contaría “otras cosas “que rulan por mi cabeza, pero es que no me salen más palabras, me pongo rojo de emoción, y  tengo que apartar mis ojos de los suyos.

 Le pregunto por su gato “Benetton” y me recuerda que se llama “Colors”, y a mí que mas me da, que se llame Calcetines o Zapatero, el caso es que no me quiero marchar y si pudiera hacerlo, nos iríamos juntos (con Sara, no con el gato), pero, todo se andará.


No queda más remedio que volver a la rutina y me  paso por la huerta a ver  mis tomates.

Van evolucionando bastante bien, y empiezan a coger altura.

Todos los días, Marcelo, coloca la separación de cristal imaginaria y los demás internos se quedan tras ella, mirando las plantas.

Tienen particular predilección por las lechugas.

Las cebollas no tienen muchos adeptos, debe ser, que son como muy simples y de poco interés general.

Estoy pensando en organizar una ruta guiada.

Con una azadilla que me regalaron los del vivero, me entretengo en arreglar la tierras a los tomates, cuando se acerca el Señor Aarón (todavía tiene la mano vendada) y me comenta que ha oído que es bueno cantarle a las plantas, porque  al parecer les estimula el crecimiento  y le respondo que algo había oído hablar de ello, pero que no lo tengo muy claro , que lo de hablarles si  y de ponerles música, pero que de cantar pues como que no, y sigo con mis cosas.


Y cuando más concentrado estaba en mi trabajo, como  si de un terremoto se tratara, el fin del mundo o el frenazo de un camión del TIR, el Señor Aarón se lanza por Jotas Aragonesas, con el consiguiente pánico  generalizado.



No me queda otro remedio que rogarle que se calle, pues podía surgir un  grave conflicto en la Institución.

Le tengo que explicar que eso de que “LA VIRGEN DEL PIAR DICE: QUE NO QUIERE SER FRANCESA……….”, podía sentarle mal a Sarkozy.


Parece que lo entiende, y cuando me pregunta si en vez de cantar jotas puede cantar algo del Fary, le digo que: ya me lo pensaré, porque no creo que los tomates entiendan algo de toros con zapatos.

Estoy haciendo una bonita colección de pastillas.


.


sábado, 25 de septiembre de 2010

LA COMETA (diecinueve)

Como esta tarde se ha puesto a llover intensamente, nos vamos a matar el tiempo a la sala de manualidades.



Sarkozy se ha  empeñado en hacer papiroflexia, y nos está ensañando a todos la famosa técnica de hacer sombreros de papel.




¡Qué graciosos estamos todos con el gorrito en la cabeza!










Y ahora pasamos a algo más complicado: pajaritas y barcos de papel, pero yo prefiero el clásico avioncito, que es como más entretenido.


Aquí la gente se anima en seguida, y en un rato se llena el aula de aviones que parece el ataque de Pearl Harbor contra los barcos.

Una dura batalla de papel.



Como tenemos cañas de los tutores muy finas, se me ocurre la idea de hacer un cometa, por lo que me pongo manos a la obra, rodeado de un montón de curiosos que siguen mis pasos con gran expectación.






Cordel fino,  papel, pegamento, algo de habilidad y un poco de paciencia, de eso tenemos bastante.


Tras varios intentos de recortar el papel sin dejarme los dedos, y conseguir a la vez recortarme las unas (me hacía falta, y ya aprovecho el tirón), le doy forma y concluyo el trabajo con rotundo éxito, cosa celebrada con gran alborozo, como es habitual.


De la cola (de la cometa) se encarga Sarko, que es un experto en eso de doblar el papel.


Solo falta darle un dibujo y el Señor Aarón sugiere La Basílica del Pilar, pero como es muy laborioso, por votación popular y por mayoría se decide pintar un caballo (y yo me pregunto el porqué) pero así es la Democracia.



Un voluntario se pone a la labor y con sumo tacto y precisión, de cuatro trazos dibuja el “caballo “, y con cara de satisfacción nos pregunta  ¿qué nos parece?, algunos miran para el techo, otros se ponen a silbar y el resto se queda con cara de circunstancia.


A mí la verdad, me parece una vaca, a no ser que los caballos tengan cuernos.







Parece que va amaniando, por  lo que esperamos que se seque la pintura al agua, y ya de paso fregamos alrededor de la mesa, que Picasso lo ha puesto perdido, aparte de algunas salpicaduras en la pared con sus agiles movimientos de pincel, pero tampoco se notan mucho a simple vista.


Ahora que me fijo, a algunos de los curiosos les han salido pecas que antes no tenían.



Todos pendientes que salga un claro entre las nubes, con los ojos bien abiertos, pegados a los cristales como un niño en el escaparate de  una pastelería o un jubilado mirando el precio de la merluza de pincho.



Silencio sepulcral.



Y de repente, el cielo se abre, mostrándonos su  maravilloso color azul.

En tromba a la calle todo el mundo, que casi me rompen la cometa.

 Me sitúo en una zona despejada entre la huerta y la valla metálica, y con un dedo (chupado previamente) controlo la dirección del viento, girando sobre mí mismo, acción esta imitada por la mayoría de los presentes quienes de lejos, controlan mis movimientos.






Varios de  los  que han cogido inercia, se han caído al suelo a la quinta vuelta.

Con la inestimable ayuda de Marcelo (el mudo), que me sujeta la cometa a cierta distancia de la valla, suelto cordel, y espero a que venga una racha de aire.

Varios intentos fallidos con la decepción generalizada de los espectadores, hace que la precipitación del evento, se torne a paciencia.

Como gratitud a la espera, una ráfaga de aire se acerca por mi espalda, y a una señal mía, Marcelo lanza hacia arriba con todas sus fuerza las cometa, la que en un principio duda en echarse a volar, dejándonos a todos con un nudo en la garganta y sin respiración, viendo como después de titubear por unos instantes, se eleva lentamente por encima del horizonte.

Dominada la situación y  empujada por el viento, suavemente se balancea en el cielo, y hasta el caballo/vaca parece que se ríe.






Suelto cordel, y la cometa sobrepasa los límites de las dos vallas, como en un giño de cómplice  libertad.


Después de un rato de disfrute visual y estando  como a metro y  medio de la valla principal, corto el cordel y le hago un ovillo hasta recuperar la cometa.


Me guardo el ovillo de recuerdo del momento.


La cometa se queda en la sala de manualidades, en un sitio privilegiado hasta su próximo vuelo.




jueves, 23 de septiembre de 2010

YA VES ( LLAVES) ( dieciocho )

Hoy  he madrugado más de  lo normal.


Me he metido en Internet, para buscar información sobre la fundación  Roche.

Y…….. ¡SORPRESA!, tachan, tachan, ¿quién es la cabeza visible?

Un tal Frank Rossi, quien según las fotos, es el mismo Director de esta Institución.





Me sorprende en mis investigaciones: Sara, Preciosa Sara, Angelical Sara, Divina Sara.

Ninguna mañana, con todo su esplendor se puede comparar con ese aroma natural, de frescura, de horizonte marino, de sol radiante con perfume de roció.

Me piernas las tiemblan, los ojos  me se  cruzan, y empiezo a hablar como el abuelo enano del bastón de la Guerra de las Galaxias.


Tengo que cambiarme la camiseta.
Se ha llenado de  babas.


Me bajo de la nube y le acompaño a su trabajo. 


Creo que me estoy enamorando, ¿Y quién no  con eso ojazos que se gasta mi niña?




Me pregunta por la huerta, y la invito a que vea lo que hemos trabajado.
Como es demasiado pronto y tiene tiempo de sobra, se decide a ver los avances.


Empieza a revolver papeles y a buscar por todas partes.




¿No sé donde he dejado las llaves?












Como no aparecen, del archivo  y de un panel colgado en la pared coge una copia.

Si no las encuentro tendré que  hacer otra copia.




La huerta está en pleno apogeo.


Todo plantado, y de momento no se han notado muchos las bajas: un par de lechugas chungas de las que ha dado cumplida cuenta Arzak-come tierra-plantones de tomates, y otras lindezas.



Tengo a varios colegas desmontando unos palés para el compostador.


Amenaza lluvia para esta tarde.




Sara se vuelve a su trabajo, y se despide con un par de besos.

Abucheo general por parte de los presentes.



La veo perderse entre la niebla de mis ojos, y me sabe mal que haya perdido las llaves que estaban puestas en la puerta y que por arte de magia han pasado a mi bolsillo.


Pero es que son parte de mi plan de fuga.




miércoles, 22 de septiembre de 2010

EN MARCHA (diecisiete)

Esta mañana, a primera hora han traído del vivero, el pedido.


De todo un poco: tomates, lechugas, berenjenas, judías, fresas…….. ..., un lujo a mi alcance.
Cañas para entutorar, manguera de riego, y  yo que sé que más cosas.





Todo el mundo se ha puesto muy contento, y dispuestos a colaborar.


Es que la verdad, no tenemos mucha actividad de ocio.



Hasta los que habitualmente se pasan todo el día mirando al muro y dándole cabezazos se han dado cuenta.














No tienen rizos en el pelo.



El que más se ha alegrado ha sido Arzak-come tierra, que se ha tirado en plancha sobre los plantones de tomate.


Le hemos apartado de las bandejas con algo de dificultad, y  después de atarlo con unas bridas de plástico, le arrimamos unos terruños de tierra con césped y se ha tranquilizado, de momento.



Por si acaso, de la cocina, le han traído unas mondas  de patata y varias manzanas pasadas, más que nada para que se entretenga mientras descargamos el pedido y nos deje tranquilos, se relaje , y no vaya a ser que se lastime o lastime a alguien.



Con un montón de colaboradores y voluntarios nos hemos puesto manos a la obra y ya tenemos la huerta en marcha.




Me he tenido que encargar personalmente con las cañas, que se han liado a jugar a Mosqueteros y la cosa ha terminado en una competición de Kendo.





Solo han pasado tres por la enfermería, con poca cosa: cinco puntos por ceja y el ganador: diez puntos del jurado, medalla de oro,  ovación y vuelta al ruedo (dos, una por votación popular y otra voluntaria).

Le tuvimos que parar cuando iba corriendo, le faltaba por quitarse los calzoncillos y nos invitaba a desnudarnos y hacer la ola todos juntos.


He localizado varios pales viejos con los que pienso construir un compostador, el que irá adosado  en una esquina del muro, cerca de la valla electrificada.



Me he  hecho especialista en ocultar la pastilla en la boca, justo en la parte interna del labio, en la parte de atrás, encima de la muela del juicio, la que por cierto no me ha salido todavía.


El attrezzo ya está puesto.

domingo, 19 de septiembre de 2010

DUDAS RAZONABLES (dieciseis)


Cada día que pasa me encuentro más cansado, con menos ganas de hacer cosas, como más apático.






Por lo menos tengo la ilusión de ver a Sara y estoy deseando que llegue.

Con la disculpa de la biblioteca, me paso a verla.
Esta cada día más radiante.

No sé cómo darle las gracias por lo del otro día.

Si por mi fuera, la sacaría a cenar, a bailar, al  cine…… ¿yo que se?, pero de momento tengo cruda la cosa.

Se alegra de verme y que esté bien.

Llaman del vivero y le dicen que en un par de días está el pedido.

Le pregunto por  qué se esfuerza tanto conmigo.
Se queda en silencio y mirando casi al suelo se da la media vuelta y como sin querer me dice que no quiere que me pase lo que le pasó al otro chico.

Pasmado me quedo.

Es que veo la historia repetida, tenía muchas ideas, ilusiones, ganas de vivir y al final……….empezó a decaer, a perder el interés, hasta que le tuvieron que trasladar a otro centro,

Se llamaba………..y teclea en el ordenador:














CLAVE: SARA.
CONTRASEÑA: **** (ARAS).

Mira el listado y no le encuentra, ha sido eliminado con un click.

¿Qué raro?, no aparece.

El caso es que llegó de otro centro, no era una persona problemática, y comenzó a tener ideas, intentar a cambiar un poco las cosas, a pedir mejoras, y hasta se encaró un par de veces con el Director pues no atendía sus peticiones.

Luego se fue desinflando, y le trasladaron.


Cambio el tercio dejando las dudas en el aire: y con el tema del vivero, ¿cómo lo pago?
No es problema, la factura se le remita al Director y el, a través de tu cuenta bancaria hace la trasferencia.
O sea, que el Director controla las cuentas de todos los internos y  dispone de sus números de cuenta, le pregunto.

En realidad, según él, actúa de Administrador, hasta que te den el alta definitiva, y puedes disponer de tus ingresos.


Miro el membrete de la Institución: “FUNDACION  ROCHE “.



Creo que por hoy tengo de sobra.





Salgo a la calle y el día soleado me despeja la cabeza.

La tierra de la parcela está en su punto.

Miro hacia la cristalera del despacho del Director, y al verme, se cierran las cortinas.
Tras ellas se adivinan las siluetas del Dire y los Médicos.




Detrás de la valla electrificada, todo es campo y Libertad.










sábado, 18 de septiembre de 2010

SUEÑO ( quince)

Parece que mi neblina interior empieza a disiparse de una vez por todas.
No recuerdo haber dormido tanto  tiempo seguido.

















Volvieron los Médicos a visitarme, para ver cómo estaba y después de una pequeña revisión, el diagnostico ha sido satisfactorio.
Solo tengo que tomar una pastilla a las comidas, por la cosa del mareo.





No sé que día es.

Salgo a la calle y percibo que debe ser por la tarde.
¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?
¿Y Sara?




Retorno a mi habitación, y allí está el sordo echándose la siesta.

Se alegra de verme, como si hubiese estado mil años ausente.



Me saca de dudas: hoy es domingo y Sara no viene hasta mañana.



Tengo un lio mental que no me aclaro, sé que tengo cosas pendientes por hacer, pero no  me acuerdo.



Me rugen tanto las tripas, que parece que tuviera una vaca mugiendo dentro, y el mudo que no es tan sordo me pasa unas galletas Reales (príncipe de Buquenbauer o algo así) rellenas de chocolate, que me entonar el cuerpo y el estomago.

Nunca me había sentado tan bien la Monarquía.




Veo la caja de cartón en la estantería, y  no sé si abrirla.

Tarde o temprano tendré que hacerlo, no puedo quedarme con la duda de saber que contiene.
Me doy cuenta que el precinto ha sido cortado y vuelto a poner de manera burda.

Dentro encuentro varias anotaciones que no entiendo, una carpeta con folios en blanco y varios libros.


Nada que haga referencia a mi pasado.




De repente me acuerdo de lo de la carrera de caracoles.

Y  le pregunto al mudo como van los preparativos.



Me cuesta un tanto hacerle entender sobre lo que le pregunto.

Intento con gestos que me comprenda, pero es imposible.

No me queda más solución que arrastrarme por el suelo como un caracol, y la verdad no es nada fácil imitar a un caracol, y menos sin babas para poder deslizarse.



Después de recorrerme lo más lento posible varios tramos de la habitación a ras de suelo, el de la cara pintada de blanco, me dice que ya sabe lo que le digo y se ríe para adentro abriendo la boca de  tal forma que se le ve hasta la campanilla, y haciendo cosas con el cuerpo como si le estuvieran dando espasmos.


Se levanta y  me deja con un palmo de narices (a ras de suelo, claro).



Y en un papel escribe. “ya se ha celebrado”.


Y medio cabreado  le pregunto si es que me entiende y sabe lo que le digo, ¿Por qué no utiliza el papel para responder?

Y escribe que todo el mundo da por sentado que no entiende nada porque no habla, que no habla porque nadie le pregunta nada y que no es persona de mucho dialogo.

Y añade que le gusta que le llamen Marcelo.

Con razón tenía Yo la duda que me estaba tomando el pelo.



Pues aclarado el entuerto.

Sobre un trozo de papel me pregunta por la “huelga “, y yo me quedo pensativo; ¿huelga, que huelga?


Debo estar peor de lo que pensaba, no me acuerdo de ninguna huelga.

Insiste en que lea el mensaje, y tardo un rato en descifrar el enigma.
No es “huelga, si no huerta “
Otra laguna mental, definitivamente estoy mucho mas mal de lo que pensaba.

Por cierto, tengo que sugerir a Marcelo que en lo sucesivo, escriba en mayúsculas, más que nada por no dar pie a malos entendidos, a lo que me contesta con un: vale, de acuerdo”, con su propia voz.




¡Si habla y todo!


Ya decía que se estaba riendo de Mí.








Suena la sirena que llama a la cena.

Tengo más hambre que un lobo estepario, y como estoy convaleciente, me ponen ración doble.
No se olvidan de la pastilla.

Yo no sé si  es por la copiosa cena, pero me entra una modorra, que las fuerzas me dan lo justo para llegar arrastrándome a la cama.
Mañana jueves, será otro día…… será martes………………?